lo primero es estar despierto,
mano firme para sostener las bridas
y hacerse un proyecto a medida
teniendo en cuenta que todo encoge.
Materiales de primera.
Anchos y profundos los cimientos,
a prueba de malentendidos,
compromisos, intereses y accidentes.
Orientado al sur y protegido de los vientos.
Nada cura las heridas como un bello sueño.
Quién no arriesgaría la vida por un bello sueño?
Qué sería de nosotros sin un bello sueño?
Que haríamos del día y de la noche?
Para construir un bello sueño
hay que dedicarse plenamente a él
y estar pendiente en todo momento
de si ríe, si duerme, si llora...
como si fuese un recién nacido.
Y por el bien de la empresa
es indispensable estar enterado
que al final de la proeza
el resultado
será una sorpresa .
Hay un buen trecho entre los sueños y la realidad.
Para construir un buen sueño
es preciso, además ser lo bastante despabilado
-cuando se da la espalda la fortuna-
para salir de entre las ruinas
y empezar a hacer
uno nuevo
de inmediato.
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